jueves, 1 de agosto de 2019

Hoy

Hoy, descubrí que tengo miedo, miedo de mi, de mis decisiones y mis pensamientos de ver que cada día que pasa siento menos remordimientos y que el sueño es siempre ligero. Descubrí, que el fin no justifica los medios, ¡que los logros materiales no hacen la felicidad!... Títulos? Postgrados? Bienes? Dinero? Nada de eso llena el alma. Descubrí, que estoy harta de aparentar lo que no soy y de ser poco menos que la persona que soñé ser.  Hoy, mis sueños parecen florecer, aparentan una vida ideal,  el ideal que siempre quise, el ideal por el que creí que cualquier esfuerzo valdría la pena; pero descubrí que ese ideal está construido por el ideal de otros; por el ideal de una sociedad consumista que basa el éxito en la obtención de objetos y bienes materiales. Descubrí, que mis sueños académicos, mis sueños «económicos» no me llenan y que mi alma cada vez está más vacía, que no disfruto de las tareas burocráticas y que considero ajeno y banal todo lo que otros consideran felicidad y entonces  me pregunto y si..¿soy yo la que está mal? Y es que... En una sociedad donde los sucesos que perjudican negativamente a otros se toman como algo superfluo, que el máximo sentimiento que despiertan es una carita triste y una lectura de menos de un minuto....  Yo, me siento poco más que una «mosca en leche» y me da miedo que cada vez que el tiempo avanza, mis sueños, mis metas, esas que creí tan lejanas, no tengan el mismo carácter ni la misma esencia con las que las pensé, esa esencia rosa y cálida que se reproducía en mi cabeza y me prometía mi propio oasis. Ahora encuentro ese oasis tangible, pero tan superfluo!, tan poco lleno  de la esencia que creí, que siento miedo... miedo de mi.... miedo de ti... Siento miedo y lo que más miedo me da es no ser capaz de salir de esta zona de confort, siento miedo de cometer errores... errores graves, errores que dejen consecuencias, pienso que es como una «bola de pelo» y que cada vez que se hace más grande menos oportunidades tengo de encontrarme... de encontrar a esa niña soñadora con mil metas y hermosos sentimientos, esa que no temía orar por los desamparados y recoger la basura en la calle. Está mujer, en cambio, que no cree casi ni es si misma, desconfiada y materialista, está mujer, la que veo cada día en el espejo... esta mujer, me da miedo porque soy yo... y yo soy sólo el reflejo de una sociedad perdida, de una sociedad consumida, de una sociedad conformista que aprendió a armarse de una coraza fuerte para esconderse, para no afrontar los problemas, para dejar que el sufrimiento de los demás no empañe su vida, una sociedad permisiva donde el fin justifica los medios y la vida está construida sobre apariencias. Hoy descubrí, que estoy aquí tapándome con la misma sabana y escondiéndome de la realidad, que el sueño sigue siendo ligero y que el fin sólo soy yo....Y sólo.... Siento miedo